PRELATURA DE ILLAPEL -Región de Coquimbo, CHILE-

 

Dar la vida como Jesús
 

Autor: Jorge A. Blanco
Departamento de Audiovisuales Editorial SAN PABLO
 
 

 

A ejemplo de Jesús en la Pascua que acabamos de celebrar, dar la vida como él, para nosotros, es sinónimo de solidaridad y servicio ante el necesitado, e implica vivir día a día con valentía nuestra misión, para que el reino de Cristo crezca y se establezca entre nosotros. El mismo Jesús nos anticipó una recompensa sublime para quien fuera capaz de comprenderlo y seguirlo en esta causa (Lc 18, 28-30). Para continuar reflexionando sobre esto a medida que vamos recorriendo la cincuentena pascual, les propongo la lectura de una antigua leyenda de Fernán Silva Valdés acerca del origen del color de los pájaros, cuya versión adaptada pertenece al libro Leyendas y cuentos para trabajar en grupos:

 


 

Para leer:

Una vez, los pájaros empezaron a notar que los colores del arco iris iban siendo menos puros y, por lo tanto, menos hermosos.

¿Qué le sucederá al arco iris que ya no aparece tan lindo como antes?, se preguntaban los pájaros asombrados. Y, no sabiendo a qué atribuir el fenómeno, en el deseo de aclararlo y realizar algo para hacerlo desaparecer, se reunieron en una gran asamblea.

Es conveniente decir, antes de continuar esta narración, que, por aquellos tiempos, los pájaros no tenían –como muchos tienen ahora– plumas de hermosos colores, porque todos, o casi todos, poseían un plumaje de color oscuro como es actualmente el del gorrión.

Bien. Reunidos en gran asamblea, como hemos dicho, sucedió que, cuando estaban deliberando, aunque sin llegar a ningún acuerdo y sin saber qué resolución adoptar, bajó volando desde el cielo al gran árbol un pajarito desconocido, más bonito que todos los allí presentes porque tenía plumas de muchos colores; y, pidiendo silencio, dijo cantando lo siguiente:

—Compañeros de la tierra: el arco iris está enfermo. En el cielo ha aparecido un insecto que se multiplica por millones y que vuela alrededor de él como los insectos que vuelan alrededor de la luz. Vengo, pues, a pedirles que vuelen conmigo hasta el cielo y que nos ayuden a devorarle al arco iris los millones de bichitos dañinos que lo rodean y enferman. Pero he de advertirles honradamente que es muy difícil la empresa; pues hay que atravesar parajes muy fríos y, luego de llegar, ser muy valientes y decididos para que, en la gran pelea con los millones de bichos, no nos venzan a nosotros.

Una vez escuchadas estas palabras, en la asamblea de pájaros, hubo un gran revoloteo y un prolongado alboroto de trinos. Deliberaron un rato, y luego el que hacía de jefe, que era un cardenal, preguntó quiénes se animaban a seguirlo en pos de tan peligrosa y difícil empresa. Se notó en la asamblea un momento de indecisión, pues muchos de los presentes se acobardaron ante los peligros de la travesía y de la batalla, pero los más generosos y valientes, ya con dulce o áspero canto, hicieron saber su resolución de ir y, apartándose de la enorme bandada, formaron una bandada nueva. Entonces, el cardenal, dirigiéndose al pajarito forastero, le dijo:

—Estamos prontos, tú nos guiarás.

La bandada de valientes pájaros salió a volar hacia arriba hasta desaparecer entre las nubes, mientras los otros se quedaron muy paraditos entre las ramas del gran árbol.

Uno de estos dijo:

—Estos pobres no saben en la que se metieron. Creo que ninguno de ellos volverá a la tierra, y, si alguno tiene la suerte de hacerlo, volverá sin plumas.

Los otros dijeron a su vez: —Sí, son unos bobos y unos ilusos. Si alguno vuelve, será vencido y desplumado. ¡Cómo nos vamos a reír!

Los pájaros valientes volaron y volaron durante varios días, entre el frío y la lluvia, el viento y la nieve. Estando ya en el cielo, apareció el arco iris, cerquita, inmenso, hermosísimo, a pesar de los manchones oscuros que le formaban los millones de bichos que había que destruir. Estando a metros de distancia, el cardenal los detuvo a medio vuelo, los agrupó, les dijo quién sabe qué cosa en su canto vibrante, y todos los de la bandada se lanzaron como flechas sobre las manchas movedizas de los bichitos que oscurecían los colores que tanto admiramos. Los valientes pájaros de la tierra, con el pico, las uñas y las patas, mataron y mataron bichitos, entre ruidos de alas, cantos de coraje y de alegría. ¡Los pájaros habían vencido en toda la línea!

He aquí que sucedió un hecho sin igual, digno de tenerse siempre en la memoria. Los pájaros de la tierra, de tanto y tanto volar y sacudirse en la zona de luz del arco iris, fueron tiñendo su pardo plumaje con los bellos colores de aquel; y, como los colores del arco iris no se borran más, los valientes batalladores quedaron vestidos con un plumaje nuevo y hermosísimo, que no solo iban a conservar mientras vivieran, sino que, además, lo transmitirían para siempre a todos sus descendientes.

Concluida la batalla, satisfechos de haber realizado una gran hazaña en provecho del bien y de la belleza, y premiados inesperadamente con un plumaje tan lindo, la bandada empezó a volar en descenso. Volando y volando, llegaron a la tierra.

¡Había que ver las caras de arrepentimiento que pusieron los que se quedaron aquí abajo por cobardía, al comprobar que no volvían como ellos creían y hasta deseaban, sino que volvieron todos los que fueron, y encima llegaban vencedores y con sus plumas enteras y pintadas de hermosos colores, como son en la actualidad los colores del churrinche, del benteveo, del zorzal, el cardenal, y de muchos otros pájaros bellos que viven en nuestros campos y bosques.

*Vocabulario:

Gorrión: Pájaro pequeño, de pico fuerte cónico, plumaje pardo, con manchas negras y rojizas.

Cardenal: Pájaro de color ceniciento con un penacho rojo en la cabeza.

Benteveo: Bienteveo. Pájaro de vientre amarillo de un palmo de longitud.

Churrinche: Pájaro dentirrostro americano llamado también fueguero.

Zorzal: Pájaro parecido al tordo, de plumaje pardo por encima, rojizo en el pecho y blanco en el vientre.

(Adaptación del texto de Fernán Silva Valdés, en Leyendas y cuentos para trabajar en grupos, SAN PABLO, 2013)

 


 

Para la reflexión personal y grupal:

-Volver a leer el relato y fijar nuestra atención en los personajes. Señalarlos y describirlos.
-¿A qué se debe el origen de la asamblea de pájaros? ¿Cómo es esta? ¿Qué motiva su desenlace?
-¿Cómo reaccionan los pájaros ante el desafío que propone el ave desconocida?
-A partir de esta propuesta, el grupo se divide en dos bandadas. Definir el perfil de cada una de estas y las actitudes de sus integrantes.
-¿Qué obstáculos deben sortear los pájaros valientes? ¿Por qué los superan y logran su objetivo? ¿Qué recompensa reciben por su valentía?
-¿Cuál es el final de los pájaros recelosos? ¿Por qué obran así? ¿Qué desaprovechan?
-¿Qué enseñanza nos ha dejado este relato para aplicar en nuestra vida personal, grupal, familiar, etc.?
-¿Por qué cosas, motivos, fines, ideales, etc. somos capaces de luchar y dejar todo?
-Generar un compromiso personal o grupal a partir de lo reflexionado. También podemos descubrir ejemplos de personajes populares que, a lo largo de la historia, han demostrado valentía y superación de obstáculos en su vida, o han renunciado a todo para seguir a Jesús y darlo a conocer y transmitirlo al resto de la comunidad, colegio, parroquia, etc.
 

*Para recordar
El que quiera venir detrás de mí que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga (Mateo 16, 24).

 

 

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         SALAMANCA en lo alto del Valle del Choapa... muy cerca del cielo